Los productores y procesadores de carne de vacuno sostenibles a nivel mundial respetan y gestionan a los animales para garantizar su salud y bienestar.
El uso de animales conlleva la responsabilidad ética de garantizar su bienestar; las mejoras en la salud y el bienestar de los animales de granja pueden mejorar la productividad y la seguridad alimentaria, generando así beneficios económicos. Existe una importante relación entre la salud y el bienestar animal, y el uso de animales en la agricultura también contribuye al bienestar humano. De acuerdo con las directrices de la Oficina Internacional de Epizootias (OIE; Organización Mundial de Sanidad Animal) sobre salud y bienestar animal, incluidas las cinco libertades¹, este principio y los criterios que lo acompañan establecen las expectativas para el tratamiento del ganado a lo largo de la cadena de valor. La mejora continua es clave, en consonancia con el hecho de que algunas directrices regionales superan a las de la OIE. Se parte del supuesto de que se cumple con las normativas nacionales e internacionales sobre salud y bienestar animal.